Practice your spanish: love compatibility
La apariencia física atrae a dos personas y poco a poco se desarrolla el amor entre ellas.
Sin embargo, otras parejas se unen por una admiración mutua por la mente o el alma del otro.
Independientemente de la historia de amor que destaque la relación, existen lineamientos firmes por los cuales las parejas continúan viviendo juntas en amor, paz y beneficio mutuo por casi interminables años.
Algunas relaciones amorosas son más antiguas que los dos participantes mismos, sus raíces están profundamente enterradas en las historias kármicas de cada persona.
Otras uniones están destinadas a superar con creces la vida actual de cada uno de los amantes.
Pero para que una relación amorosa tenga éxito, debe estar firmemente anclada en mucho más que la atracción física o la estimulación mental.
Los humanos son seres tripartitos.
Tenemos tres Yoes que nutrir, y la relación ideal hace justamente eso.
Físicamente, cada uno necesita estimular y nutrir las emociones del otro;
mentalmente, cada uno necesita excitar y ampliar el conocimiento y la conciencia de la vida del otro;
y espiritualmente, necesitan compartir un profundo amor y compasión el uno por el otro y por la vida.
Necesitamos encontrarnos y armonizarnos en los tres Planos si un amor verdadero y duradero ha de sostener una relación.
Con la numerología a nuestra disposición, estamos equipados con una técnica para afinar el núcleo mismo de la situación para comprender y desentrañar sus complejidades con precisión.
Básicamente, hay dos tipos de relación: la suplementaria y la complementaria.
El matrimonio suplementario es aquel en el que prevalecen los opuestos: las debilidades de uno de los cónyuges son negadas por los mismos rasgos que son fortalezas en el otro cónyuge y viceversa.
Estas personas constantemente encuentran interesantes diferencias entre sí y constantemente aprenden y fortalecen sus características individuales a partir del intercambio.
Las relaciones kármicas caen dentro de esta categoría.
Existen más matrimonios a largo plazo en este grupo, caracterizados porque cada cónyuge tiene muchos intereses separados del otro.
Los matrimonios complementarios son aquellos en los que los dos participantes tienen características muy similares.
Se sienten atraídos por sus similitudes, pero estas pueden desgastarse después de algunos años.
Tales matrimonios necesitan un estímulo considerable para mantenerlos excitantes y evitar el aburrimiento que de otro modo podría apoderarse de ellos.
Comparten intereses similares, y es en esta área donde el matrimonio sobrevive o fracasa.
De hecho, es en estos matrimonios donde la orientación numerológica puede ser más beneficiosa, ya que ayuda a los cónyuges a desarrollar aspectos de su individualidad que no sabían que existían, desviándose de aquellas similitudes en las que se han centrado constantemente.
No importa cuán similares sean dos personas, siempre se pueden descubrir diferencias significativas que les permitan expandirse a áreas de expresión que no habían contemplado previamente. Esto es especialmente así en el caso de los gemelos “idénticos”.